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Las claves de la Ley de Teletrabajo en Perú
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Este artículo profundiza en las consecuencias de las ausencias no registradas en el contexto laboral peruano.
El ausentismo laboral no es un fenómeno ajeno al entorno empresarial peruano. Estudios recientes indican que un impresionante 74,47 % de colaboradores presentan un nivel medio de ausentismo, un 18,72 % bajo y un 6,81 % alto en organizaciones como Grupo La República Publicaciones S.A. en Lima durante 2020. 4
A nivel global, el índice de ausentismo no registrado en Perú supera el promedio regional de 9,18 %, lo que evidencia un problema significativo en la gestión labora. Estos números revelan una realidad crítica: las ausencias no documentadas afectan directamente la planificación, productividad y clima organizacional.
Este artículo profundiza en las consecuencias de las ausencias no registradas en el contexto laboral peruano. A través de análisis y ejemplos reales, explicaremos cómo este fenómeno impacta a los trabajadores, organizaciones y al sistema laboral en general, y sugeriremos estrategias para prevenir y mitigar sus efectos.
¿Qué son las ausencias no registradas?
En el contexto laboral, las ausencias no registradas se refieren a las faltas al trabajo que no pasan por mecanismos formales de registro—ya sea ausencias sin permiso, retrasos frecuentes o salidas anticipadas que no se anotan en el sistema. En Perú, la informalidad laboral es alta, con alrededor del 71 % del empleo en el sector informal, lo que incrementa la probabilidad de que las ausencias se manejen de forma arbitraria o queden fuera de control organizacional.
Cuando un colaborador no registra debidamente su ausencia, el empleador pierde visibilidad sobre su jornada laboral real. Esto genera un falso sentido de cumplimiento, altera los datos de gestión y compromete la planificación de recursos.
Impacto en la productividad y costos operativos
Las ausencias no registradas merman la productividad de la organización por varias vías. Primero, las tareas planificadas se ven afectadas: proyectos se estancan, plazos se retrasan y se produce una carga adicional sobre otros empleados. Cuando un 74,5 % de la fuerza laboral presenta niveles moderados de ausentismo , la acumulación de tiempo no trabajado puede generar cuellos de botella operativos y una reducción significativa en entregables.
Desde el punto de vista económico, esta realidad implica costos directos en horas no trabajadas, horas extras, retrasos administrativos y ocasionalmente sanciones legales. Algunos estudios en Perú estiman que el ausentismo por enfermedades profesionales en un hospital puede costar US $35,000 anuales por cada 125 trabajadores. Si trasladamos este cálculo a empresas de mayor tamaño, el impacto financiero se vuelve masivo.
Efecto en la moral y clima organizacional
La falta de registro de ausencias también incide en el clima laboral. Cuando uno o varios empleados faltan sin registrar, el peso de su ausencia recae en los otros, generando sentimientos de injusticia y desmotivación. En estudios vinculados al síndrome de desgaste profesional (burnout), se ha identificado que el ausentismo no controlado genera tensiones emocionales entre el personal .
Además, la presencia de miembros con ausencias impunes favorece comportamientos contrarios a la cultura organizacional. Sin una consecuencia inmediata, la disciplina se deteriora y emerge una espiral negativa de permisos informales.
Riesgos en el cumplimiento legal
En Perú, la legislación laboral exige que los empleadores lleven un registro de asistencia preciso. La Ley 26790 contempla el descanso médico y sanciona tanto a quienes falsifican documentos como a las empresas que no mantienen registros adecuado. La omisión de ausencias no registradas expone a la organización a inspecciones, multas y demandas por incumplimiento.
De forma paralela, en el sector formal existe la obligación de registrar el tiempo efectivo trabajado. Si un trabajador recurre a instancias legales y su ausencia no aparece debidamente registrada, la empresa puede enfrentar penalidades y comprometer su reputación.
Salud y seguridad ocupacional
Las ausencias no registradas relacionadas con enfermedades o accidentes también conllevan un riesgo de salud laboral. Según estudios, el ausentismo por enfermedades profesionales en el personal de salud policial fue muy marcado, con tasas de 7,56 % en 2017 y 6,39 % en 2018. Cuando estas ausencias no se controlan ni se registran, se dificulta asistir oportunamente al personal afectado, monitorear su recuperación y prevenir situaciones de riesgo recurrentes.
Una falla en el registro también impide detectar problemas de salud emergentes o abusos en el sistema de salud laboral, lo que pone en riesgo tanto a los trabajadores como a la continuidad del negocio.
Consecuencias en la gestión de recursos humanos
Desde el punto de vista del departamento de RR.HH., las ausencias no registradas representan un desafío sustancial. La nómina se ve distorsionada, los cálculos de beneficios—como vacaciones, gratificaciones o seguros—resultan imprecisos, complicando la planificación anual. Cuando el 74 % del personal tiene nivel medio de ausentismo, planificar capacitaciones, asignar personal a proyectos o dimensionar la contratación se vuelve incierto.
Además, la falta de datos confiables impide identificar patrones: si ciertas áreas o equipos muestran ausentismo recurrente, el análisis queda imposibilitado y la empresa pierde oportunidad para establecer mejoras en el ambiente laboral o beneficios.
Impacto en la calidad del servicio y la reputación
En organizaciones que interaccionan directamente con clientes o usuarios—como retail, salud o servicios de atención—las ausencias no registradas afectan la disponibilidad operativa. La falta de personal genera retrasos en atención, bajas respuestas ante contingencias y errores acumulados. En sectores regulados, como salud o minería, esto implica sanciones administrativas y aumenta el riesgo reputacional.
En mercados competitivos, la consistencia en el servicio define la preferencia del cliente. Cuando la empresa falla por ausencias no registradas, su imagen se ve comprometida, abriendo la puerta a pérdida de demanda y clientes.
Causas subyacentes y factores de riesgo
Las ausencias no registradas no surgen de la nada. Suelen estar vinculadas a:
- Falta de políticas claras en asistencia.
- Sistemas inadecuados o poco accesibles de marcaje.
- Cultura organizacional permisiva.
- Personal con condiciones médicas o familiares no reconocidas.
- Altos niveles de informalidad laboral.
En un entorno con 71 % de informalidad, la gratificidad legal flaquea y el registro formal se ve como un trámite secundario.
Estrategias para mitigar el riesgo
La prevención es clave. Existen varias estrategias recomendadas para reducir las ausencias no registradas:
- Implementar sistemas confiables de registro de asistencia.
- Establecer políticas de ausentismo claras y comunicarlas a todo el equipo.
- Capacitar a los trabajadores en uso de sistemas de marcaje.
- Analizar datos trimestralmente para detectar patrones.
- Diseñar planes de contingencia ante ausencias recurrentes.
- Promover bienestar laboral y seguimiento personalizado en casos de repetición.
- Evaluar la posibilidad de incentivos por buena asistencia.
Cómo un sistema de control puede ayudar: GeoVictoria
Las herramientas tecnológicas son pilares en esta gestión. GeoVictoria, por ejemplo, ofrece soluciones de marcaje: biométrico, móvil, web y vía llamada, con trazabilidad y reportes en tiempo real. Estas opciones ayudan a:
- Eliminar ausencias no registradas.
- Automatizar cálculo de horas trabajadas y ausencias.
- Generar alertas inmediatas.
- Proporcionar evidencia digital ante inspecciones.
- Mejorar la disciplina laboral y el clima general.
Conclusión
Las ausencias no registradas impactan seriamente diversos aspectos de la gestión laboral: desde la productividad hasta la salud organizacional. En el contexto peruano, con índices de ausentismo medio-alto (74,5 %) y elevados niveles de precariedad laboral, es urgente que las organizaciones implementen mecanismos de control efectivos.
Más que una mejora técnica, se trata de fortalecer una cultura de responsabilidad, respeto y bienestar. En ese sentido, combinar tecnología, políticas claras y enfoque humanista se convierte en la fórmula ideal para construir un entorno laboral sólido, eficiente y sostenible.
