Chile

Ley de Delitos Económicos: Un cambio radical para las empresas

Conoce el “duro golpe” al que se enfrentaran las empresas chilenas con la nueva legislación, que busca redefinir la responsabilidad.

Ley de Delitos Económicos: Un cambio radical para las empresas
5:12




Índice

    A partir del 01 de septiembre, la Ley de Delitos Económicos entrará en plena vigencia en Chile, estableciendo un nuevo marco legal que amplía significativamente la responsabilidad penal de las empresas y sus ejecutivos. Este cambio normativo incluye una extensa lista de más de 200 delitos, lo que supone un desafío para las organizaciones en términos de cumplimiento y gestión de riesgos.

    Una Ley que reconfigura el panorama empresarial

    La nueva Ley de Delitos Económicos marca un hito en la regulación del comportamiento empresarial. Con más de 200 tipos de delitos incluidos en su catálogo, la normativa no solo aumenta las penas para los delitos ya conocidos, sino que también introduce nuevas tipificaciones, lo que amplía considerablemente el alcance de la responsabilidad penal de las empresas.

    Lo anterior significa que los ejecutivos y representantes legales estarán bajo un escrutinio más estricto, enfrentando sanciones que pueden ser más severas dependiendo del tamaño y los ingresos de la empresa involucrada.

    Justicia Corporativa: el nuevo rol de las empresas

    Uno de los aspectos más innovadores de esta ley es la introducción del concepto de "justicia corporativa". La Ley N° 20.393, Ley de Responsabilidad Penal de las Personas Jurídicas, consagra lo que se ha denominado responsabilidad penal por organización defectuosa.

    Este enfoque obliga a las empresas a llevar a cabo investigaciones internas y a reportar irregularidades antes de que sean detectadas por las autoridades. Sanciona a aquellas organizaciones que incumplan sus deberes de dirección y supervisión, careciendo de un modelo de prevención para delitos como cohecho, soborno, lavado de activos y otros delitos económicos.

    El cambio no solo altera la dinámica de poder dentro de las organizaciones, sino que también aumenta las responsabilidades de los departamentos de cumplimiento y auditoría interna. Las empresas que no se adapten corren el riesgo de enfrentar sanciones graves, incluso si las irregularidades detectadas son menores.

    Impacto en la Gestión de Riesgos

    La ley exige que las empresas adopten medidas proactivas para prevenir y detectar cualquier forma de delito económico. Esto incluye la implementación de sistemas de control interno rigurosos, la capacitación continua de los empleados en temas de ética y cumplimiento, y la creación de canales efectivos para la denuncia de irregularidades.

    Además, las empresas deben demostrar que han tomado todas las medidas necesarias para evitar la comisión de delitos, lo que implicará una revisión constante y actualización de sus políticas y procedimientos internos.

    Modelos de Prevención

    La ampliación del catálogo de delitos supone un desafío importante para las empresas en la elaboración e implementación de un modelo de prevención de delitos. Este modelo es fundamental para eximirlas de responsabilidad penal.

    El modelo de prevención de delitos (MPD) es un documento que establece un sistema de organización empresarial basado en protocolos, políticas y otras herramientas de control destinadas a garantizar el cumplimiento de la normativa penal.

    Consecuencias económicas y penales: un golpe para las empresas

    El incumplimiento de esta ley puede resultar en sanciones económicas que van desde multas hasta la disolución de la empresa. Asimismo, los ejecutivos podrían enfrentarse a penas de prisión si se demuestra su participación directa o negligencia en la comisión de delitos.

    La ley también contempla la posibilidad de que las empresas sean sancionadas por actos cometidos por sus empleados, lo que aumenta la presión sobre los líderes empresariales para garantizar que todas las operaciones se realicen dentro del marco legal.

    Estrategias para el cumplimiento

    Para adaptarse a esta nueva realidad, las empresas deben adoptar un enfoque integral que combine prevención, detección y respuesta ante posibles delitos económicos. Esto incluye la realización de auditorías internas periódicas, la actualización de los programas de cumplimiento y la creación de una cultura organizacional que promueva la ética y la transparencia.

    Las empresas que se preparen adecuadamente no solo podrán evitar sanciones, sino que también fortalecerán su reputación y competitividad en el mercado.

    Con la entrada en vigencia de esta ley, el panorama empresarial en Chile cambiará significativamente. Las empresas deberán estar más atentas a sus obligaciones legales y tomar medidas proactivas para asegurar el cumplimiento normativo y garantizar su sostenibilidad a largo plazo.

    Articulos Similares